miércoles, 15 de febrero de 2012

Gotitas de sabiduría: Curiosidades de los idiomas

Por AKIBATraductores
Hoy queremos compartir con ustedes una curiosidad de la lengua totonaca. Para saludar, el pueblo totonaca dice: ¿Tuku wana mi naku? que significa ¿Qué dice tu corazón? Saludos a todos y que tengan un excelente inicio de semana.
 

Gotitas de sabiduría: Curiosidades de los idiomas

Por AKIBATraductores

Se sabe que la letra H (h) en español es muda [cuando se combina con la c, obtenemos un nuevo sonido = ch], también se sabe que en algunos idiomas como el inglés la H se pronuncia como la j del español (más o menos). Pues bien, en la lengua rusa la letra H se pronuncia n. Si exploras el alfabeto cirílico (ruso) te darás cuenta que muchas letras conocidas tienen una pronunciación muy diferente: la P se lee r; la N al revés И se lee i; la Y se lee u; la m minúscula manuscrita se lee t; la g minúscula manuscrita se lee d, etc. ¡Qué interesante! ¿verdad?

miércoles, 14 de diciembre de 2011

El Inglés se escribe de una manera y se pronuncia de otra


Por Esteban Suárez Romero

     Esta entrada trata de ordenar algunas preocupaciones, inquietudes, malas interpretaciones, etc. que se han hecho recurrentes a través de los años en cuanto a las lenguas, sean éstas lenguas muertas, europeas, asiáticas o indígenas de cualquier parte del mundo. Una de esas preocupaciones tiene que ver con el idioma Inglés y la creencia generalizada entre los hispanohablantes, y aún entre algunos nativos de dicha lengua, en el sentido de que el Inglés se escribe de una manera y se pronuncia de otra. Esta aseveración siempre ha sido reforzada por otra creencia, generalizada también: el Español es muy fácil porque se pronuncia como se escribe. Son sólo ideas generales que no reflejan la realidad.
    En México, estudiar Inglés es obligatorio en el sistema de Enseñanza Media: Secundaria y Bachillerato;  respecto a la Enseñanza Superior, en muchas ocasiones también es un requerimiento en la Universidad, así como en muchos programas de  Postgrado: Maestría y Doctorado. Es notorio que el idioma, con tantos años de estar presente en la vida de un estudiante, y de forma tan frustrante, deviene un “coco” y se torna la más complicada de las materias, debido a que la mayoría de los programas son deficientes y los maestros no tienen la preparación adecuada para que haya un franco aprendizaje. Cabe mencionar que existen rigurosas y contadas excepciones, sobre todo en aquellos casos en los cuales las instituciones que imparten el idioma Inglés se han especializado en ello: Institutos, Licenciaturas, Escuelas de Postgrado, etc.
    En este orden de ideas, se piensa lo mismo de otras lenguas, sobre todo cuando se desconoce mucho de cómo son. Por ejemplo: se piensa que el Chino es extremadamente difícil, al grado de que cuando un mexicano no entiende algo, que en verdad puede ser dificultoso, dice: “Eso está en Chino.” Podríamos hacer una interesante lista de idiomas que se clasifican como “difíciles” o “imposibles”: Irlandés, Finlandés, Japonés, Griego Moderno, Swahili, etc. En tal lista no aparece el Español porque es de los idiomas fáciles.
En términos generales, la ortografía del Español se basa en la idea de correspondencia entre sonido y letra: /m/ es m, /t/ es t, /b/ es b, etc. He aquí un principio muy sencillo que tiene variadas excepciones (recordemos: “el Español es muy fácil porque se pronuncia como se escribe”), que incluyen los sonidos representados con dos letras: rr, ch, ll, o, en otros casos letras que representan más de un sonido: la c representa al fonema /k/ en ca, co, cu, y suena /ka/, /ko/ y /ku/ respectivamente, pero la c en ce y ci suena /se/ y /si/;  la g representa al fonema /g/ en ga, go, gu, suena /ga/, /go/, /gu/ y la g en ge y gi suena /xe/ y /xi/. Algo similar sucede a la inversa: el fonema /b/ puede aparecer con las letras b, v y w. Debemos incluir, también, a lo fácil que resulta el Español, la h, que no representa a ningún sonido, pero que se puede combinar para formar otro; la x que puede representar diversos sonidos. De modo que es cierto que el Español se pronuncia como se escribe, aunque esto implique que tengamos que saber aplicar varios mecanismos diferentes entre sí y nos percatemos que las normas no son tan sencillas.
    Podemos aseverar que cuando nosotros aprendemos nuestra lengua, el hermoso Español, aprendemos a articularla de manera natural, no es necesario que nos enseñen a pronunciar, ya que la interacción nos proporciona esa habilidad. Nos enseñan la ortografía como solución a los ejemplos expuestos anteriormente. No sucede así en otras lenguas, y en especial, no sucede así en Inglés. A los angloparlantes sí les tienen que enseñar a pronunciar y para ello se valen de diferentes programas de aprendizaje, planes de estudio, sistemas fonéticos, sistemas ortográfico-fonéticos, etc. En muchas de las escuelas norteamericanas han implementado un programa continuo de "spelling" (ortografía) por medio del cual llegan a la fonética, la cual va a proveer al sujeto de la norma de pronunciación. Un ejemplo de uno de estos programas es el siguiente: al alumno se le enseña cómo estudiar las palabras en cinco pasos diferentes: 1) observa la palabra – el educando debe visualizar la apariencia de la palabra, y ponerle particular atención a las letras que la conforman, así como al significado; 2) pronuncia la palabra – el sujeto debe reconocer los sonidos consonánticos, los sonidos vocálicos, debe poner atención a cómo se articulan las consonantes y las vocales, debe observar la palabra, pronunciarla y determinar si la articuló como normalmente la pronunciaría cualquier persona o él mismo; 3) reflexiona sobre la palabra – el estudiante debe notar cómo se escribe cada sonido, se le pide que detecte prefijos,  sufijos u otras partes de palabra, se le concientiza en cuanto a los patrones o modelos ortográficos más comunes, se le estimula a investigar sobre el origen de la palabra y a recordar la palabra para así traer también a la mente la ortografía (la cual proporciona la pronunciación); 4) escribe la palabra – se le pide al alumno que coloque las letras cuidadosamente y de manera correcta, de nuevo se le pide reflexionar sobre los sonidos y las letras que provocan los sonidos; y 5) revisa la ortografía – se le pide al educando decidir si escribe las palabras de la misma manera en que las vio en el libro, en el cuaderno, o en alguna otra fuente escrita. Por lo tanto el Inglés se escribe como se pronuncia y se pronuncia como se escribe.
    En este momento nos enfrentamos con un contraste entre el Español y el Inglés que nos conducirá a utilizar cierto enfoque, con técnicas, métodos y estrategias diversos para aprender a pronunciar correctamente el Idioma Inglés a través de una excelente herramienta de aprendizaje que es la ortografía, como lo hacen los nativos del idioma. Entre más descriptiva sea la enseñanza de la pronunciación del Inglés, más nos acercaremos a reproducir la norma fonética.
    El análisis ortográfico nos llevará a pronunciar el Inglés de forma adecuada, podremos pronunciar prácticamente cualquier palabra en cualquier situación, como parte del enfoque tradicional, aunque como lo menciona Martin Hewings (1993) tenemos que variar y enriquecer la metodología. Debemos requerir de los estudiantes que predigan, que identifiquen, que ubiquen, que concuerden y que deduzcan reglas para los sonidos, así como que intercambien información pertinente. Por otro lado Barbara Bradford (1988) expone que un curso para mejorar la pronunciación del Idioma Inglés debe basarse principalmente en la descripción de la entonación que se deriva del estudio del uso pragmático de las formas lingüísticas para adquirir significados en el discurso hablado. Si conjugamos los fundamentos revolucionarios de estudiosos e investigadores para presentar la pronunciación de manera descriptiva, los participantes considerarán la fonética del Inglés como un rasgo del discurso y la interacción entre hablantes.
    Entonces, todo estudiante de Inglés, cuando menos, cambiará su opinión y podrá decir que tanto el Inglés como el Español se escriben como se pronuncian.